La innovación tecnológica continúa redefiniendo el panorama fotovoltaico a nivel mundial. Según el Informe Anual 2025 de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), tres líneas de desarrollo —agrovoltaica, solar flotante y BIPV (Building Integrated Photovoltaics)— están consolidándose como pilares de la expansión sostenible del sector solar.
Estas tecnologías no solo diversifican las aplicaciones de la energía solar, sino que también optimizan el uso del territorio y los recursos naturales, impulsando un modelo energético más equilibrado y resiliente.
🌾 Agrovoltaica: energía y agricultura en un mismo terreno
La agrovoltaica combina la producción agrícola y la generación fotovoltaica en una misma superficie, permitiendo un aprovechamiento dual del suelo.
Según el informe, esta sinergia contribuye a reducir el estrés hídrico de los cultivos, mejorar la productividad agrícola y generar ingresos complementarios para el sector rural.
Además, al actuar como una forma de sombra controlada, los paneles ayudan a proteger los cultivos frente a las olas de calor y a conservar la humedad del terreno, lo que la convierte en una solución clave frente al cambio climático.
Solar flotante: aprovechar la superficie del agua
El solar flotante se consolida como una alternativa eficiente para generar electricidad sin ocupar suelo agrícola o natural.
Las instalaciones sobre embalses, lagunas o depósitos artificiales ofrecen ventajas como la reducción de la evaporación del agua y una mayor eficiencia de los módulos, gracias al efecto de refrigeración del entorno acuático.
El informe destaca que esta tecnología, regulada en Europa a través de nuevos marcos normativos, está ganando terreno en países con alta presión sobre el uso del suelo y con disponibilidad de cuerpos de agua interiores.
BIPV: edificios que producen energía
El BIPV (Building Integrated Photovoltaics) representa la integración total de la energía solar en el entorno urbano. Esta tecnología convierte fachadas, cubiertas y elementos arquitectónicos en generadores activos de energía eléctrica.
Más allá del ahorro energético, el BIPV refuerza el compromiso con los edificios de consumo casi nulo (nZEB), promoviendo la autosuficiencia y la descarbonización de las ciudades.
Los avances en diseño y materiales han permitido integrar los módulos solares en el paisaje urbano sin comprometer la estética, convirtiendo a la fotovoltaica en parte del lenguaje arquitectónico moderno.
Innovar para transformar el modelo energético
El avance de estas tres tecnologías refleja una tendencia clara: la energía solar ya no se limita a los grandes parques fotovoltaicos, sino que se adapta a cada entorno —rural, acuático o urbano— con soluciones específicas y sostenibles.
Para el sector, el reto está en seguir integrando innovación, regulación y financiación para acelerar su adopción global.
Como destaca iGU Energy, la verdadera transformación energética ocurre cuando la tecnología y la sostenibilidad convergen para crear valor ambiental, social y económico.
Referencia:
Basado en el Informe Anual 2025 de la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), sección 5.3 “Innovación Fotovoltaica: Agrovoltaica, Solar Flotante y BIPV”.