
Paneles solares en invierno: ¿Cómo responden a bajas temperaturas y días nublados?
El rendimiento de los paneles solares durante el invierno o en temporadas heladas suele generar dudas entre usuarios y empresas.
El rendimiento de los paneles solares durante el invierno o en temporadas heladas suele generar dudas entre usuarios y empresas, especialmente ante la disminución de horas de luz y la presencia de nubosidad.
Sin embargo, especialistas señalan que, aunque la producción eléctrica tiende a bajar, la tecnología fotovoltaica mantiene una eficiencia notable incluso en climas fríos, siempre que se diseñe y se instale correctamente.
Frío: un aliado inesperado para la eficiencia
Contrario a lo que se piensa, el invierno no reduce la eficiencia intrínseca de los paneles; de hecho, las bajas temperaturas la mejoran.
La Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA) explica que las celdas solares pierden desempeño cuando se calientan demasiado, por lo que el frío “puede favorecer una mayor conversión energética por parte de los módulos”. Como señala la ingeniera energética Lucía Herrera, “la luz solar es lo que importa, no el calor. Cuando hace frío, los paneles trabajan más cómodos y generan electricidad con menos pérdidas”.
Menos horas de luz, menor producción total
Lo que sí disminuye en invierno es la producción diaria, debido a la menor duración del día y al ángulo del sol. Según informes del Laboratorio Nacional de Energías Renovables (NREL), en regiones de latitudes medias los sistemas fotovoltaicos pueden registrar reducciones de entre 20 % y 40% en meses invernales respecto al verano, dependiendo de nubosidad, inclinación y sombras.
Aun así, los paneles continúan generando electricidad incluso con cielo parcialmente nublado, ya que aprovechan la radiación difusa.
En días totalmente cubiertos, la producción puede caer a un 10–30 % del máximo, pero no se detiene por completo.
¿La nieve es un problema?
La acumulación de nieve puede bloquear temporalmente la radiación solar, pero también ofrece ventajas.
Su superficie blanca incrementa la reflexión de luz (albedo), lo que puede elevar la captación solar cuando los paneles están limpios. Además, la mayoría de las instalaciones se colocan en ángulos suficientes para que la nieve resbale naturalmente.
En países como Alemania, Canadá y Noruega —con inviernos severos— la energía solar fotovoltaica continúa siendo parte clave del sistema eléctrico, gracias a estrategias como estructuras más inclinadas, uso de materiales hidrofóbicos y monitoreo remoto para detectar obstrucciones.
Buenas prácticas para aumentar el rendimiento invernal
Expertos recomiendan ajustes y medidas para optimizar el rendimiento en temporada fría:
“La clave está en entender que el invierno exige un diseño más estratégico, pero no limita la viabilidad de la energía solar”, explica Herrera.
Un recurso confiable durante todo el año
Aunque el rendimiento total disminuye por factores estacionales, la fotovoltaica sigue siendo una fuente estable y eficiente incluso en climas fríos. La combinación de temperaturas bajas, avances tecnológicos y mejores sistemas de gestión permite que los paneles solares mantengan un desempeño competitivo durante cualquier época del año.

El rendimiento de los paneles solares durante el invierno o en temporadas heladas suele generar dudas entre usuarios y empresas.

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